jueves, 23 de enero de 2020

Via Alpina. Ruta verde. Mi octava etapa. De Rotstockhütte a Oeschinensee.


Distancia: 24,73 Km
Tiempo: 8 h 26'
Altitud máxima: 2.778 m
Altitud mínima: 1.409 m
Desnivel positivo acumulado: 2.015 m
Desnivel negativo acumulado: 2.394 m
Dificultad técnica: T3
Track: Wikiloc


He pasado una mala noche. Ronquidos, idas y venidas al WC y sobre todo la ampolla del pie izquierdo con los pinchazos que me manda. Con más ganas de salir de los dormitorios que de empezar el día bajo al comedor cruzando con un par de tipos que tienen la misma cara de sueño que yo, unos gruñidos que suenan "..üen möen..", pero que quieren decir "Guten Morgen". Una vez abajo me tomo tres cafés, tres rebanadas grandes de pan con miel, un cuenco de Biercher Muesli y un trozo de queso.
Poco después de las siete de la mañana abandono el refugio cojeando. Era el primero.


Cansado y con dolor en los pies no empezaba el día con mucho ánimo. Estos momentos también tenían que venir, ya los conozco, y lo mejor para superarlos es dejar de pensar en lo que no me estaba gustando y centrarme en lo que si me estaba gustando. Como el estar sólo en la montaña mientras las luces les van ganando terreno a las sombras.


Eso unido a que al poco se me cruzaron un par de marmotas, que es un animalillo que me encanta, empecé a sentirme mejor. Y menos mal, porque para empezar el día me esperaba un paso de montaña
 que me subiría por encima de los 2.600 metros.


Una vez arriba se empezó a aliviar el dolor de la ampolla. Es curioso que cuando más me dolía eran la primera hora del día y las dos últimas. Daba igual si caminaba siete, ocho o nueve horas. 


La bajada hacia Griesalp desde este collado transcurre por un terreno muy empinado y descompuesto, al que han tenido que colocar unos escalones de madera porque si no, no hay quien baje por ahí. Y menos aún quien lo suba. 😅 
En la foto no se puede apreciar correctamente lo inclinado que estaba, pero ya te digo que tiene su cosa.


Este tramo en cuestión no es muy largo. Luego se suaviza la pendiente y no hay mas que seguir una cómoda senda que atraviesa una pedrera...


... que más adelante se convierte incluso en una ancha pista forestal.


A medida que se pierde altura cambia el paisaje radicalmente.


Hasta un poco de asfalto pisé. 😁


Pero como bien dice mi amigo Yiye, "aquí no hay nada llano", y nada más bajar hasta Griesalp empieza una nueva subida de casi 1.400 metros de desnivel y sin una puñetera sombra. 


Una empresa esta que me costó casi tres horas de esfuerzo bajo un sol de justicia y de la que como se puede entender casi no tengo fotos, ya que puse lo que el Araña denominaba "pasito Trevenque", que no es otra cosa que agachar la cabeza e ir caminando despacito pero sin pausa sin pensar en lo que queda por delante. 


En la parte más alta de la subida me sorprendió encontrarme con un grupito de señoras mayores, con muchos tiros pegados en esto de caminar, que demostraban ser unas maestras en el mencionado pasito Trevenque. Ojalá yo también pueda llegar a esa edad con esa fortaleza física y mental. 🍀

El refugio Blüemlisalphütte se halla unos pocos metros por encima del paso de montaña y no pude evitar pensar que al estar situado justo en el collado y a esa altitud (casi 3.000 metros) debe de pegarle el viento a base de bien.


Otro día tendré la oportunidad de comprobarlo. Aún no son ni las dos de la tarde y mi intención es llegar a Kandersteg. Si mis pies me los permiten. Así que toca bajar y como no, la primera parte es también una pedrera que me hace sentir que voy a llegar abajo rodando 😅


Pero como sucedió antes, este tipo de terreno da paso a una cómoda vereda que me va adentrando en paisajes más verdes.


Una vereda esta con unas vistas privilegiadas al glaciar del Blüemlisalp. Un glaciar en alarmante retroceso, como todos los de este maltratado planeta.


Y no es de extrañar, porque hace un calor...


El camino baja y baja y baja sin compasión hacia mis pobres y doloridos pies.


De pronto y como un montañero principiante, me doy cuenta que no me queda más agua en el kamelback. 😩 Noooooo, como puedo ser tan tonto. Tenía que haberlo rellenado en el refugio. Y aún me quedaran como mínimo dos horas de caminata bajo este solazo y ya estoy muerto de sed. 😩
Dolor y sed a tope y más de mil metros de desnivel negativo por delante. Todo pinta muy negro hasta terminar la jornada hasta que a los pocos minutos aparece este panorama ante mis ojos 😍


Es el Oeschinensee. Una más de las maravillas naturales que esconde este país de ensueño. Lo tengo decidido, en cuanto llegue me baño. 
Como por arte de magia desaparecen el dolor y la sed y casi trotando bajo hacia él.


Y dicho y hecho me quedo en calzoncillos y me meto en sus gélidas aguas.


Además y para completar mi buena suerte, junto a él hay un pequeño hotel de montaña en el que hay sitio para pernoctar.


Así que después del baño, una ducha y un buen plato de pasta con una jarra de cerveza me ayudan a recuperar las energías...


... mientras disfruto de las vistas de cada pequeño rincón de este precioso lugar.


Después de la cena, un último paseo por sus orillas mientras la puesta de sol va tiñendo de rojo las montañas de alrededor y a dormir que mañana espera otro largo y caluroso día.



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