viernes, 27 de abril de 2012

Primer intento a la Arista del Cartujo (III, PD+)


Altitud Máxima:  3.151m
Dificultad: PD+
Horario:  8h aprox.

Este sábado 21, nos reunimos en la Hoya de la Mora Kike, Yiye y yo para hacer una actividad a la que le tenía ganas desde hace ya algunos años, La Arista del Cartujo en condiciones invernales.

El amanecer en montaña es una de las cosas más bonitas del mundo.


El color de la luz y la nieve son difíciles de explicar si no estás ahí.


En esta ocasión la aproximación, aunque larga (más de 7 Km) es muy llevadera, puesto que vas ganando altura muy lentamente siguiendo la pista que lleva directa a la estación de Sierra Nevada (Mordor para los amigos).


La mitad aproximada del recorrido de aproximación se encuentra en un collado a unos 2.800m de altitud a la izquierda del observatorio que se ve al fondo de la imagen superior, ¿o es un microscopio Kike?. Desde allí se puede ver por primera vez nuestro objetivo. Buff, parece que aún está bastante lejos.


Nuestra idea es entrar al pié de la arista, en el punto A, por alguno de sus corredores, remontarla hasta la cima del Cartujo, punto B, aristear hacia el Elorrieta, punto C, para luego descender por su loma sur, C, que es el recorrido con menor riesgo de avalanchas para bajar de ahí arriba.


Seguimos nuestro camino por una nieve muy dura por la que da gusto caminar, aunque la semana pasada cayó medio metro de nieve nueva el frío y el viento han endurecido mucho la superficie.


Este mismo viento frío ha tapizado de verglás las rocas de los Tajos de la Virgen dejándolos así de bonitos.


Pero no podemos perder mucho tiempo con el paisaje, por que el sol ya empieza a dar bien y como la capa dura de la superficie se derrita nos va a dar la risa floja para progresar por aquí.


De momento el airecillo que corre ayuda a mantener la temperatura baja, pero conviene no "dormirse".


La entrada a la arista decidimos hacerla por el segundo corredor que presenta dos resaltes rocosos que no parece que nos vayan a dar muchos problemas.



Remontamos un poco hasta la base...


... y nos ponemos el resto del equipo.


Este primer corredor no presenta mucha inclinación, así que usamos un piolet y un bastón. La nieve empieza a estar blanda donde da el sol.


El primer resalte, aunque incomodo no es difícil y Yiye lo supera sin problemas.



El segundo es algo más laborioso, pero lo único que consigue es hacer aún más bonito el paso por esta zona.



Yiye hoy está disfrutando de lo lindo.


De este corredor se puede salir de dos maneras, o recto o a la izquierda por otro corredor más vertical que discurre junto a la pared de roca, que es por donde nosotros decidimos tirar.



En la parte más alta se pone casi vertical, pero la nieve está en muy buenas condiciones para progresar, quizá un poco blanda de más, pero vamos, sin problemas.



¿Y Yiye?... en su linea, pasándolo genial.


De aquí ya cogimos la arista, y aunque progresar por roca con los crampones no es lo más cómodo, las vistas que proporcionan la altura y el ambiente que da lo compensan todo.



De estas rocas pasamos por una pala de nieve inclinailla y de aquí a otro corredor más, con una fisura en la roca que parece una barandilla para la mano derecha, todo un lujo vamos.



Y este de paseo... coño tío, pon cara de que te cuesta trabajo porque parece que estés paseando a tu niña por calle Larios.


La verdad es que cuando salimos de este corredor y vimos lo que nos quedaba aún... un buen trecho hasta la cima...


... y toda la arista hasta el Elorrieta...


... nos pusimos a echar números y me di cuenta que si seguíamos pa'lante yo no estaba en casa a la hora del baño de Naila ni de coña, así que con todo el dolor de nuestro herido orgullo decidimos darnos la vuelta y comenzar lo que pensábamos iba a ser un cómodo regreso al coche de unas 3 horas. Que ilusos.


En vez de volver por la arista decidimos ir por la cara oeste, que aunque es un poco rompetobillos iba a ser más rápido progresar por aquí.


Y así fue hasta que Kike dijo - mejor tiramos por aquí -.


Y Yiye - no, no, que va, mucho mejor por aquí -.


Y nos metimos en un corredor de nieve helada que hubo que destrepar de cara a la pendiente.



Total, que para cuando salimos de ahí, en las zonas donde la nieve estaba más dura hundíamos la bota entera.


Y cuando rodeamos la base de la arista el sol nos daba de lleno.


Total que la vuelta se convirtió en un autentico suplicio en el que cada uno bajó la cabeza y puso su ritmo para aguantar las casi 3 horas que nos separaban del collado del observatorio enterrándonos cada vez más en esa mezcla de nieve costra y nieve papa.



Unos metros antes de llegar al collado en cuestión me quedé sin agua y aprovechando la sombra que daba una gran laja de piedra me senté a esperar a que llegaran estos dos fenómenos, y cual no sería mi sorpresa cuando veo que vienen sin parar de decir polladas una detrás de otra. Coño, si tenéis fuerza para eso,  o estáis muuuu fuertes o sois unos cachondos sin remedio.


Menos mal que cuando se sentaron tampoco tenían fuerza para mucho más que para hacerse estas fotos.



Yiye tío, te vas a quemar la nuca.

Al volver a atravesar Mordor se nos metió una niebla que en contra de lo que nos pensamos no rebajó la temperatura, sino que lo que hizo fue crear una sensación axfisiante, como de estar en una sauna.


Pero como todo tiene un final, y no solo me refiero al agua de nuestras Kamelbacks, tras 9 horas y media de actividad regresamos al aparcamiento de la Hoya de la Mora que estaba lleno de los mios, osea, domingueros.


Bueno chicos, ahora que me he quitado las botas y me he bebido una botella de agua no puedo dejar de pensar, - tenemos una pendiente a la que estoy deseando volver, cuento con vosotros -.

martes, 3 de abril de 2012

Corredor Norte de Los Machos + Fidel Fierro al Veleta (III, PD+)


Este sábado nos volvimos a reunir en Sierra Nevada cuatro amigos (Dani, Yiye, Antonio y un servidor) para tratar de apurar lo poco que quede de temporada. Nuestra intención era repetir una actividad realizada la semana pasada por un grupo de los Ytantos, el Corredor Norte del Salón. Así que aunque habíamos quedado para empezar a andar a las 8:00, nos pusimos en marcha a las 8:45.
Este año tan seco y a estas alturas de temporada se puede llegar a las posiciones del Veleta sin apenas pisar nieve. 


A medida que íbamos subiendo empezó a entrar niebla y viento del SW.


Al entrar a los corrales por el Veredón era imposible ver en que condiciones estaba la ruta, así que decidimos dejarla para otra ocasión y tirar por terreno conocido, hacia el Corredor Norte de Los Machos.


La parte más baja del Veredón está totalmente seca, aunque en los corrales aun queda mucha nieve.



Una vez en el corredor, la nieve estaba bastante bien para progresar.



Aunque en algunos sitios te hundías hasta las rodillas.




Una vez superado el estrechamiento la pendiente se tumba más, y en las condiciones que nos lo encontramos no creo que llegara a pasar de los 35º/40º.


A la salida del corredor nos paramos a recuperar un poco las piernas y a comer un poco.


Una vez arriba, la niebla era mucho más intensa, hasta el punto que tuvimos que tirar de brújula para poder orientarnos, así que decidimos pasar de hacer cima en Los Machos y seguir por la arista de los picos Zacatín, Salón y Campanario hacia el Veleta.


A mi personalmente estos días así me encantan, me hacen sentirme más aislado aún y las sensaciones de estar como en otro mundo se multiplican.


El recorrido por la arista, con este ambiente y estas dimensiones se convierte en una autentica gozada.



Y aunque las piernas empiezan a estar cansadas y la mochila parece que pesa algo más que cuando empezamos, uno no quiere que esto se acabe.



En algunos momentos la sensación era la de estar en una inmensa pared en la que nos ves donde acaba por arriba...


... ni por abajo.


Aunque sabíamos que tras esos pequeños neveros teníamos el principio de la Fidel-Fierro.



Si Yiye, si, justo ahí.


Para aligerar un poco el ritmo y recuperar algo del tiempo de retraso que llevábamos decidimos hacer dos cordadas paralelas.



Hasta la construcción esa tan horrible que hay en la cima del Veleta.


Después de recoger todo el material en la mochilas, nos hicimos las correspondientes fotos en la cima del Veleta...


... y nos fuimos para abajo en medio de una nevada que nos acompañó casi hasta los coches.


En definitiva un día de disfrute total, perdido en La Sierra con un ambientazo increíble. La verdad que me siento super afortunado de tener la oportunidad de poder vivir todas estas cosas, gracias a Natalia que se quedó en casa cuidando de la peque para que yo pudiera irme.