viernes, 13 de diciembre de 2019

Vorder Glärnisch 2.328 m (T4)


Distancia: 11,53 Km
Tiempo: 3h 17'
Altitud máxima: 2.263 m
Altitud mínima: 1.029 m
Desnivel positivo acumulado: 1.240 m
Dificultad técnica: T4
Track: Wikiloc

El Vorder Glärnisch no es una montaña aislada, sino el contrafuerte oriental del grupo del Glärnisch, cuya cima principal, el Vrenelisgärtli, subí el verano pasado en compañía de mi buen amigo Yiye.
Desde el pequeño pueblo de Näfels su imagen es simplemente abrumadora y hacía ya mucho que figuraba en mi lista de pendientes.

Hoy toca madrugar porque aquí en verano amanece muy temprano y a las cinco de la mañana ya tengo el coche aparcado tras una hora y poco de viaje. El paredón que se levanta ante mí es la pared norte del Vrenelisgärtli.


Tras atravesar esta pequeña pradera me meto justo debajo de la pared y empiezo a remontar las escarpadas laderas junto al hilo de agua que proviene del deshielo de los neveros que aún quedan en la parte superior.


Con algunos tramos tan estrechos que no dan opción a cruzarte con otra persona.


Aproximadamente tras un tercio de la subida encontramos una zona no tan vertical que da un poco de respiro a las piernas...


...y permite echar un vistazo a lo que va quedando atrás.


A la derecha se levanta una impresionante muralla rocosa con un gran nevero en su base. Parece mentira que aún quede tanta nieve a finales de junio, pero eso es lo que tienen las caras norte, que hace más frío.


Algunos pasajes son tan estrechos, inclinados y descompuestos que están asegurados por una cadena, un seguro más psicológico que otra cosa.


A continuación se sigue ascendiendo en zig zag a través de la ladera verde que se ve en la foto de abajo...


... para enfrentarnos más tarde a una canal vertical y bastante deshecha que también está asegurada por cadenas. Estas se hacen bastante necesarias durante la bajada.


Unas últimas rampas muy inclinadas se encargan de ponerme las piernas bien calentitas y de llevarme hacia el ancho collado que separa el Vorder Glärnisch del resto del macizo.


El Vrenelisgärtli me mira desde la derecha.


Una sección de piedras sueltas es lo único que me separa de la cima.


Una vez arriba toca hacerme el típico Selfie...


...y disfrutar de las vistas hacia el Klöntalersee...


... hacia el nordeste, con la Rautispitz en primer plano...


... y disfrutar de la compañía de un amíguete que me eché allí y que quiso compartir una barrita energética conmigo.


La bajada la hice por el mismo camino de la subida en poco más de una hora, lo que me dejó las piernas bien cargadas por un par de días. Pero con lo bonito que es todo esto, ya estoy deseando volver a salir al monte.


miércoles, 2 de octubre de 2019

De vuelta al Grosser Mythen (1.898 m) con Natalia.


Distancia: 11,77 Km
Tiempo: 4h 53'
Altitud máxima: 1.898 m
Altitud mínima: 1.404 m
Desnivel positivo acumulado: 716 m
Dificultad técnica: T2
Track: Wikiloc

Hace mucho, mucho tiempo que no subíamos juntos una montaña. De hecho creo que la última vez fue el Trevenque, cuando todavía vivíamos en España. Así que ya iba tocando.
Como este año ha nevado hasta bastante más tarde de lo que suele ser habitual, hemos tenido que esperar hasta el 23 de Abril para poder subir a esta que está a los pies del Vierwaldstättersee. Pero la larga espera ha merecido la pena.

Después de recorrer los tres kilómetros y medio que separan Ibergeregg (donde dejamos el coche) de Holzegg (donde comienza realmente la ascensión) nos dispones a afrontar las primeras rampas en esta soleada mañana de primavera.


Sólo para descubrir tras nuestros primeros pasos que no hemos elegido el calzado más adecuado, ya que por lo menos en esta zona aún queda algo de nieve, y que traer los bastones tampoco habría sido mala idea. Pero bueno, no hay nada que Natalia no pueda arreglar con un poco de imaginación y buen humor.


Por suerte para nosotros estos restos de nieve solo están en la parte más baja, donde resbalarnos y caernos solo tendría como consecuencia el mojarnos un poco el culo. Donde el camino se pone más estrecho y peligroso está todo seco.


Y menos mal, porque con nieve y sin crampones no podríamos haber continuado subiendo por aquí.



Y nos habríamos perdido estas vistas.


Natalia va como una moto. Mira que me cuesta convencerla para salir al monte, pero una vez que se pone no hay quien la pare.


Y es que ya tiene el punto de mira puesto en la cima y no sé si es por lo de las endorfinas que producen el ejercicio al aire libre o que está pensando en tomarse algo fresquito ahí arriba, pero el caso es que me lleva con la lengua fuera.


En los últimos metros todavía queda bastante nieve y alguien se ha pegado un buen curro paleandola para abrir esta trinchera.


Una vez arriba toca regalarse los ojos con estas vistas tan bonitas


Hacernos las fotos de rigor en el banquito bajo la cruz.


Y tirar para la cabaña...


... a recargar las baterías antes de volvernos.


Al final, como se metieron nubes y empezó a hacer fresquete, nos metimos dentro a comer y nos pasamos allí un buen rato.
Luego a la vuelta el sol volvió a brillar y a juzgar por la cara que llevaba Natalia se puede ver que estábamos bien a gusto.


Definitivamente, porque cuando va haciendo esas tonterías es que se lo está pasando muy bien.


Un par de patinazos en la nieve al final de la bajada, terminaron de sacarnos unas cuantas carcajadas.


Bueno cariño, pues otra montañita juntos. 


Espero que no tengamos que esperar otros seis años para repetir, porque la verdad que lo he pasado super bien.

jueves, 26 de septiembre de 2019

De Braunwald a Linthal con los niños (T2)


Distancia: 5,11 Km
Tiempo: 2 h 50'
Altitud máxima: 1.257 m
Altitud mínima: 714 m
Desnivel positivo acumulado: 25 m
Desnivel negativo acumulado: 536 m
Dificultad técnica: T2
Track: Wikiloc

Estamos pasando las vacaciones de pascua en uno de esos pueblos de montaña suizos donde no están admitidos los vehículos con motor de combustión. Y como el tiempo es bastante bueno y las actividades del hotel bastante aburridas, pues nos estamos dedicando a disfrutar del aire limpio de las montañas en compañía de nuestros pequeños "fanáticos senderistas", Leandro y Naila.


Un día subiendo con el telecabina...


... hasta la estación de esquí, que está cerrada, pero llena de turistas y senderistas.


Nosotros decidimos alejarnos del jaleo y bajar paseando. A ver que nos encontramos por el camino.
Naila es la primera que encuentra algo... una flor pinchada en un poco de nieve, digo... naciendo de la nieve 😆


Y más tarde la cabaña de un enanito.


La verdad que está muy chula, pero creo que mamá y Leandro tienen ganas de seguir caminando.


El día salió genial, porque justo cuando los niños empezaron a sentirse cansados llegamos al hotel y nos metimos en la piscina. Eso si, antes de llegar, Leandro se aseguro de limpiar bien todas las canales de agua con su "palo-quita-hojas-secas"😜


Al día siguiente nos dimos otro paseo super bonito con unas vista preciosas hacia el Ortstock (2.717 m)


Donde tras una buena caminata...


... que al final se alargó algo más de la cuenta...


...y alguno ya estaba con ganas de acabar...


... pudimos sentarnos a comer y a tomar algo fresquito en un Berghaus y lo que es mejor aún..... nos volvimos en coche de caballos !!!!


Algo de lo que todos disfrutamos mucho.

 

Y luego, como no, piscina y a cenar.

El último día, cuando ya nos volvimos al valle donde teníamos aparcado el coche y ya de camino al tren de cremallera, decidimos en el último momento bajar andando. 

Leandro y Naila tardan bien poco en encontrar un nuevo palo y una nueva flor.


Y poco a poco vamos avanzando por este camino que en ocasiones se pone bastante inclinado, cosa que vamos notando en los dedos de los pies porque por desgracia no es que llevemos el calzado más adecuado.


Pero da igual porque de momento lo estamos pasando bastante bien. Y con la broma, Naila me pide que le haga una foto de esas que parece que el agua del río le está saliendo por la boca. Técnica que como se puede ver no es que la domine precisamente. 😅


El caso es que por mío bonito que sea todo y muy bien que lo estemos pasando, llega un momento en que los más pequeños empiezan a hacer la pregunta que todos sabemos.... ¿Cuanto queda?. Ok, es hora de ir haciendo alguna parada para descansar.



Y cuando ya parece que vamos a tener que llamar al helicóptero porque a estos ya no les quedan más ganas de caminar, llegamos al final y la alegría vuelve al rostro de mis pequeños montañeros. 


Yujuuuu, hemos llegado !!!!