Altitud máxima: 1.797 m
Altitud mínima: 437 m
Desnivel acumulado: 1.390 m
Distancia: 19,68 Km
Tiempo: 6 h
Dificultad técnica: Facil
Track: Wikiloc
Hace ya varios años que vamos a visitar a la familia a Zürich y casi siempre que sale el tema de las montañas me dicen que tengo que hacer el Rigi, que de las cercanas esta es la más bonita. Así que este año eché un par de cosas más a la maleta y me fui a conocerlo. Es este pico que asoma al fondo y que señalo con el dedo.
Lo más fácil para llegar a Küssnacht que es desde donde empieza la ruta es cruzar el Zürichsee en el ferry pero me equivoqué y llegué al embarque 35 minutos antes de que abrieran.
Y la verdad, no sabía si rodear el lago o esperarme, porque las vistas que tenía bien merecían la espera.
Finalmente me pudieron las prisas y me fui por carretera, cuyas vistas tampoco desmerecen.
Al aparcar el coche en el aparcamiento del cementerio veo el pico al fondo y no me parece que esté tan lejos, ¿10 Km a la cumbre? será algo menos...
Empiezo a andar por las calles del pueblo con las primeras luces del día.
Con la primeras cuestas voy cogiendo unos metros de altura que hacen que empiece a alucinar con el paisaje, así veo por primera vez el vierwaldstättersee con las casas de Küssnacht a su alrededor y al fondo una montaña guapísima, como todas por aquí.
A la salida del pueblo el camino atraviesa una zona de pequeñas casas...
... y algunas granjas.
En el kilómetro 3,2 un desvío que es fácil pasárselo me introduce en un bosque de hoja caduca que por supuesto está pelao y todas las hojas están en el suelo.
Aquí aparecen las primeras manchas de nieve, y eso que solo estoy a 600 metros.
Inmediatamente el camino sale del bosque y va siguiendo una senda justo por su linde.
Yo voy alucinando con el paisaje que me rodea y a mi derecha una montaña domina el paisaje, voy dandole vueltas a la cabeza y creo que es el Pilatus, pero no estoy seguro, yo creía que estaba más lejos, cerca de Lucerna.
En torno al kilómetro 4 me vuelvo a internar en el bosque y el camino empieza a tirar pa'rriba.
Y sobre el kilometro 5 salgo a una explanada desde donde puedo ver la cima del Rigi y pienso...
-Uff, que lejos está aún !!!
¿Pero sabes que?, que casi mejor. Aún me queda todo el día por delante y el pateo de hoy está siendo una pasada, cuanto más dure mejor.
Cruzo un río por un puente...
... y desemboco en una pista forestal...
... para inmediatamente volver a cruzar otro río solo que esta vez sin puente.
Poco a poco me voy acercando más a la parte superior de la montaña.
Esta última zona es un bosque de abetos en el que ya la capa de nieve es más profunda y andar se hace más cansado.
Pero hoy todo eso me da igual, estoy pasandolo genial y nada me lo va a estropear, aunque en algunas zonas la nieve me llegue a los muslos.
Por aquí arriba parece que esté en otro sitio, desde abajo no parecía que hubiera tanta nieve.
Y hacia atrás el Vierwaldstättersee y... parece Lucerna, entonces... si, es el Pilatus.
Vaya hombre, que bonito es.
Y yo mientras en mitad de tanta belleza con esta cara de panoli con la que siempre salgo.
De pronto y tras unas palas más inclinadas y de nieve más profunda salgo a la arista y me encuentro con esto...
... es la estación del tren de cremallera, otra forma de subir aquí que también debe de tener su encanto a juzgar por la cantidad de gente con la que me crucé desde este punto hasta la cumbre.
La sorpresa solo dura un instante y enfilo mis pasos hacia la cumbre que está unos 2 kilómetros a mi izquierda, bastante detrás de este primer pico, justo donde se levanta esta horrorosa antena.
Y es durante estos 2 últimos kilómetros de ascenso donde me dejo llevar por la gloriosa vista de los Alpes que me bombardea con una orgía de cimas y aristas que parecen no tener fin. Para un dominguero como yo es todo un shock.
Sobre todo porque más tarde descubro que estas son solo dosmiles y tresmiles así que esto debe ser solo el principio. Esta enorme cantidad de montañas, este inmenso campo de juego... no sé cuantas vidas enteras podría pasarme recorriendolo. ¿No será este el paraíso del que me hablaban los curas de los Escolapios?
Embelesado como voy el tramo final se me pasa volando y cuando llego a la cima solo hay un pequeño grupo de personas hechas una piña intentando que la antena les quite un poco del fuerte viento que corre.
Y si que pega el viento, pero las vistas son increíbles en todas direcciones. Al noreste se abre el Zugersee.
Y desde el sur hacia el oeste un sin fin de cumbres nevadas.
De tanto sacar fotos y con este viento empiezo a tener frío en las manos así que al poco de llegar empiezo el descenso y al volver veo curiosas indicaciones en las que no reparé en la subida.
Al volver sobre mis pasos me vuelvo a dar de frente con el Pilatus y la idea de subirlo en el próximo viaje empieza a tomar forma en mi cabeza.
Y eso de tener nuevos proyectos me gusta mucho.
¡ Vaya hombre, otra vez que salgo guapísimo !
Vuelvo a dejar atrás la estación del tren...
... y un poco más adelante un pequeño grupo de casas.
Mi ruta de descenso es diferente a la de ascenso y durante un tiempo voy junto a la vía del tren.
Poco a poco el Rigi va quedando atrás.
Y ante mi se abre un nuevo paisaje.
A unos 1.400 metros de altitud la nieve tiene esta altura.
Y no siempre el camino está abierto y en algunos sitios me hundo hasta la cadera.
Pero en seguida la capa es menos profunda y se hace mucho más cómodo avanzar.
Hoy estoy disfrutando de lo lindo.
Y poco a poco la nieve va desapareciendo del camino y el paisaje va cambiando a mi alrededor.
Yo sigo con mi camino, sin prisa pero sin pausa.
Disfrutando de esta última hora de caminata y de sus nuevos paisajes.
Atravesando un último bosque de abetos...
... tras el que las praderas que dan paso al pueblo vuelven a aparecer ante mi.
Dejando la cumbre del Rigi tras de mi.
Y sin dejar de sentir la presencia del Pilatus que parece decirme "Estoy aquí, ven a por mi". Yo para mis adentros acepto el reto encantado, pronto nos veremos.
Mientras tanto y como dicen por aquí...
¡¡ GRACIAS Y HASTA LA VISTA !!
