Esta vez lo que me apetecía era escapar un poco del jaleo de la costa sin pasar mucho calor y localizar el cortijo Echevarría, sitio estratéjico para ir al Caballo y como punto de partida o de llegada para la integral de Sierra Nevada.
Así que le pregunté a Möet si se venía conmigo y por como se le pusieron las orejas y los ojos entendí que por supuesto que si.
Por tanto y tras tragar mucho polvo de camino al cortijo en cuestión, pudimos aparcar en lo que parecía iba a ser una buena sombra para por la tarde..... pero me equivoqué por una hora más o menos.
Y comenzamos a caminar junto a la acequia que pasa junto al viejo chopo.
Algunos árboles dan fé de la fuerza que puede llegar a tener el viento en estas laderas.
Y mientras el camino me interna más en la sierra, torrentes y regueros van alimentando el caudal de la acequia.
La ruta es bien sencilla, no hay mas que seguir el camino que marca el curso del agua, aunque a veces casi apetece mas ir caminando con los pies metidos en ella, ¿verdad Möet?.
E ir descubriendo paso a paso lo que nos tiene preparado el dia, flores...
Pequeños animalillos...
y agua, mucha agua, que este año La Sierra esta llena...
Hasta llegar prácticamente al mismo nacimiento del rio Durcal en la ladera noroeste del Tozal del Cartujo, un lugar increíble que no conocía y que recomiendo a todo el mundo.
Lugar que Möet y yo elegimos para comer algo, descansar un poco e iniciar el regreso.
Acompañados por la mirada complice de mi querido Trevenque.
Eso si, a la vuelta apretaba tanto el sol y "hasía una caló" que cualquier ocasión era buena para refrescarse, y si no que se lo pregunten a este.
Pues bueno, fueron algo mas de 16Km caminando por un sitio de lujo, descubriendo partes de La Sierra que aún no conocía y con una compañía superior. Ay Möet, para ser tan pequeño que grande que eres.
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