Distancia: 30,04 Km
Tiempo: 6h 33'
Desnivel positivo acumulado: 633 m
Desnivel negativo acumulado: 511 m
Dificultad técnica: T1
Track: Wikiloc
Esa primera noche en camino no dormí demasiado. Entre el dolor de piernas y los ronquidos de los vecinos... Empezó una señora italiana muy delgadita que dormía junto a mí, pero pronto sus leves ronquidos quedaron eclipsados por el recital que nos regaló un alemán que estaba en la litera superior a ella. 😩
A eso de las 7:00 salí de la cama y empecé a recoger, después me dirigí al bar a tomarme un buen desayuno a ver si así me ponía las pilas y a eso de las 8:00 me puse en camino.
Tras atravesar todo Castilblanco de sur a norte salí a la carretera de Almadén SE-185.
Por la que estuve castigando mis doloridos pies durante 17 Km. 11 de los cuales fueron directamente sobre el asfalto y los 6 restantes por una veredita pegada a la carretera.
Y aunque el paisaje hacia los lados era bien bonito...
... no pude sumergirme en él hasta que llegué a la entrada del parque natural. Tramo que algunos peregrinos hicieron en taxi y que pensándolo bien después, no me pareció tan mala idea puesto que el motivo de mi peregrinación no es tanto religioso como lúdico y andar por la carretera no me parece muy lúdico 😅
Una vez aquí la cosa cambia radicalmente.
Naturaleza, soledad, silencio... justo lo que andaba buscando. Y aunque al poco rato atravesé una finca, no encontré a nadie por el camino.
Y pude ir disfrutando de un campo de alcornoques inusualmente verde.
Cuando llevaba unos 22 Km recorridos, llegué a un punto donde un arroyo desbordado inundaba parte del camino. Cosa que no debe de ser del todo inusual puesto que al borde del mismo, unos grandes bloques de piedra permiten cruzarlo sin siquiera mojarse los pies.
Situación que se repetiría más adelante.
Aunque el camino carecía de árboles que dieran algo de sombra, tuve al suerte de que ese día las nubes me cubrieran un poco del calor. De otra manera no habría podido disfrutar del día tanto como lo hice.
Eso fue así hasta los últimos 2 o 3 kilómetros de camino donde una fuerte subida al Mirador del Calvario me hizo dar todo lo que me quedaba de energía. Y eso que algún alma caritativa iba escribiendo estas joyas por el camino para motivar al que se parara a leerlas.
La recompensa al esfuerzo de la subida fueron las vistas desde el mirador hacia el sur. Una gozada para los ojos.
Y hacia el norte me esperaba la bajada al pueblo. Almadén de la Plata.
Una bajada que por tramos fue realmente bonita...
... y por tramos una tortura de dolor de piés y calor sofocante. Menos mal que el albergue era una preciosidad que recomiendo a todos los peregrinos. El Albergue Casa del Reloj.
Donde la amabilidad de los hospitaleros y la amplitud y limpieza de las instalaciones me permitieron recuperarme del esfuerzo de los dos días de camino. Y aunque volví a coincidir con la señora italiana, o esa noche no roncó o yo estaba tan cansado que ni me enteré. 😆
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