martes, 14 de octubre de 2025

Via de la Plata. Mi 9ª etapa. Mérida - Aljucén


Distancia: 16,59 Km
Tiempo: 3h 13'
Desnivel positivo acumulado: 216 m
Desnivel negativo acumulado: 161 m
Dificultad técnica: T1
Track: Wikiloc


Después de ir a correos para enviar a casa el libro que me acababa de terminar y algunas cosas que ya no iba a necesitar, me fui a desayunar con Walter para despedirme de él y luego me puse en marcha otra vez en solitario.
Lo primero que te llama la atención cuando vas saliendo de Mérida es el acueducto romano que hay al norte de la ciudad. Una maravilla arquitectónica que ha sobrellevado bastante bien el paso de los siglos.


El camino va ascendiendo durante los primeros 4 kilómetros a medida que se aleja de Mérida en dirección al embalse de la Proserpina.


Y el paisaje también va cambiando, sobre todo después de terminar la subida y llegando al otro lado de la colina, empieza la bajada hacia el embalse.


Una vez en el embalse, que se ve inmenso, estuve leyendo unos carteles informativos y me enteré de que también fue obra de los romanos. Increíble de lo que esa gente era capaz de hacer en esa época, ya que con este embalse se abastecía la ciudad romana de "Augusta Emerita", la que ahora llamamos Mérida.


En esta zona hay una pequeña urbanización con muchas casitas con jardines y piscinas donde la gente viene a disfrutar de estas playas de interior.


El camino que tengo que seguir va bordeando la orilla del embalse.


Cambiando por completo el paisaje que he estado viendo los últimos días, ya que parece que uno va caminando por un paseo marítimo.


Y a medida que voy avanzando, el embalse se va reduciendo y vuelve a asemejarse de nuevo a unas lagunas. También precioso, tengo que reconocerlo.


Dejando atrás el embalse vuelvo al paisaje conocido de dehesas de encinas, alcornoques y olivos recorriendo una de esas carreteras secundarias que tanto disfruto cuando hago cicloturismo.


A lo lejos, el Cortijo del Cuarto de la Charca, una finca ganadera en mitad de la nada. 


Cuando me cruzo con sitios así siempre pienso. ¿Quién vivirá ahí? ¿Serán solo los trabajadores de la finca o habrá también niños pequeños? ¿Como será vivir así, alejado de todo? Solo campo, encinas y toros...


Pero el camino continúa y las historias que imagino van quedando atrás igual que las escenas que las motivaron, para dar paso a nuevas imágenes y a nuevas sensaciones y emociones.


Este es el premio que realmente te llevas al hacer una cosa de estas. Cuando te pasas días caminando, ves tantas cosas diferentes que de algún modo te enriquecen tanto intelectual como emocionalmente.


Y cada árbol, cada pueblo y cada persona con la que te cruzas tiene una historia diferente que contar.


Ese debe ser el sentido del Camino. Ayudarte a ver el mundo con otros ojos. Con los ojos de un niño que lo ve todo por primera vez.


Eso y conocer gente maravillosa como Ornella. Una señora italiana que dedica su jubilación a caminar. Este era su enésimo Camino, pero también ha recorrido los Pirineos, los Alpes, Dolomitas... y después de un largo día de marcha con la mochila a la espalda, aún tiene energía para cocinar e invitarme a cenar la "vera pasta italiana"


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lunes, 6 de octubre de 2025

Via de la Plata. Mi 8ª etapa. Torremejía - Mérida.


Distancia: 15,98 Km
Tiempo: 3h 30'
Desnivel positivo acumulado: 72 m
Desnivel negativo acumulado: 145 m
Dificultad técnica: T1
Track: Wikiloc


Esta etapa decidimos hacerla especialmente corta para poder tener tiempo por la tarde de ir a visitar el coliseo y el anfiteatro de Mérida. Y aunque no hacía falta despertarse demasiado temprano, puesto que 15 kilómetros se hacen en un rato, sí que nos apetecía disfrutar del amanecer una vez más. Así que salimos a caminar con las primeras luces del día.



Los primeros kilómetros tenemos que andar por el arcén de una carretera secundaria que transcurre paralela a la autovía A66, por lo que el camino, bonito no es que sea y encima llegamos a un punto que estaba en obras y tuvimos que saltar la valla que nos cortaba el paso y cruzar una vía de tren.


Menos mal que a partir de ahí nos separamos de la carretera y el paisaje mejoró considerablemente.



Fue por aquí más o menos que coincidimos con Astrid. Una mujer holandesa que también estaba haciendo el camino y con la que en las etapas siguientes coincidiría casi todos los días.

Al poco de eso nos acercamos al rio Guadiana y detrás de él ya se podía Mérida.


Y al acercarnos al puente romano que da acceso a la ciudad, aprovechamos las belleza de su arquitectura para hacernos unas fotos.



Una vez dentro de Mérida y de camino al hotel donde íbamos a dormir, nos encontramos una librería y aproveche para comprarme un libro nuevo porque el que me había traído ya lo había terminado.

Una vez duchados y comidos nos dirigimos hacia el coliseo y el anfiteatro, que se encuentran en un gran recinto ajardinado.

Tengo que decir que los restos arquitectónicos son espectaculares.


Se puede sentir la antigüedad del lugar con solo cerrar los ojos

Dentro del Coliseo me imaginaba como habría sido estar allí sentado hace dos mil años, viendo como se mataban entre si los gladiadores.


Y cuando te subías a las gradas superiores del Anfiteatro, ya ni te cuento. Un sitio de verdad espectacular en el que sientes de verdad el peso de la historia. Me encanto !!!

Al día siguiente Walter tomaría un autobús para ir a Portugal a ve a su hijo y yo volvería a recorrer el camino en solitario. Por lo que esto supuso un broche de oro a estos días en los que el destino puso en mi camino a una buena persona, llena de energía positiva y buen humor llamada Walter. 

Muchas gracias por esos buenos ratos juntos amigo mío. 

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