domingo, 11 de diciembre de 2011

Subida al Trevenque


Altitud: 2.079m
Distancia: 10,44 Km
Desnivel acumulado positivo: 1.045 m
Dificultad: Facil

Como cada año, al principios de Diciembre, nos reunimos un grupo de amigos para ir a visitar a otro amigo que nos espera en la cima del Trevenque desde hace ya 10 años.

El principio viene siendo ya una tradición, a las 8:00 en casa del Araña donde su madre nos pone un desayuno como para escalar el Montblanc, y de allí al mirador de los Alayos en coche.

Este año, para variar un poco hemos subido por el sendero balizado que discurre entre la divisoria y los arenales. Alguna vez había bajado por ahí, pero nunca había subido y la verdad, ese primer tramo es bien bonito.

En esta ocasión subimos Antoñín, Miguel, Churri, Jose, Rober, la Chiqui y yo. También esperabamos a Rafa y a Nicole, pero no pudieron venir y llamaron para decir que irían por la tarde. Es una pena porque llevo años sin verlos y sería una buena ocasión.

Según vamos subiendo vamos charlando y poniéndonos un poco al día de nuestras cosas y cuando se me ocurre mirar atrás me encuentro con un mar de nubes que cubre Granada y le da a Sierra Elvira el aspecto de una isla.

Antoñín cumple 65 dentro de poco, pero cada día sale a patear montaña con su hermano Miguel, no en vano son pasado y presente del montañismo andaluz. Fué presidente de la federación andaluza y el año pasado campeones del campeonato andaluz de travesías de resistencia, eso sí, empatados a puntos con mis colegas del Grupo Alpino Pinsapo.

Y sus hijos Rober y Chiqui, que aunque no son tan montañeros, no pierden la oportunidad de hacerle una visita a su hermano.

Así a ratos bromeando y a ratos sumergidos en nuestros pensamientos, vamos avanzando y ya se ve La Sierra vestida de invierno.

Y por supuesto nuestro Trevenque.

Una vez arriba toca tomar algo y abrigarse, porque algunos hemos subido en marga corta y aquí hace un viento muy frío.

También nos tomamos un tiempo, cada uno con su conversación interior...

Y le dedicamos una penultima sonrisa a nuestro colega antes de bajarnos, porque aquí, aunque quisiéramos, no podemos quedarnos para siempre, por lo menos de momento.

Que barbaridad, que carita tengo, si es que no hay manera que salga medio presentable en una foto. Menos mal que uno tiene amigos como tú, Churri, que haces que yo parezca hasta guapo jajajaja.

Ahora si, menos mal que vino la Chiqui con nosotros, porque si no, menuda panda de feos.

En la bajada, a Jose y a mi, no se nos ocurrió otra cosa que echar una carrera hasta los arenales. Menuda idea de peón caminero, aún tengo agujetas en los cuádriceps. Menos mal que antes de volvernos cada uno a casa paramos un ratico en el Macareno a rehidratarnos un rato y tomar un plato de sus famosos callos.


Por mi parte ha sido un placer. Nos vemos el año que viene, como muy tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario